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Los cinco maestros latinoamericanos que dejaron huella

Semana Educación recuerda y rinde un homenaje a aquellos docentes de la región que hicieron historia.

15 de mayo de 2015

Los grandes y mejores profesores se caracterizan por la pasión que le imprimen a la enseñanza, junto a la emoción profunda con que comparten su conocimiento. Esa es una de las claves para destacarse en la labor docente y prender la chispa de la curiosidad en los estudiantes. Por Latinoamérica han pasado maestros admirables que escribieron su nombre en la historia de la educación. Hoy, en su día, los recordamos y les rendimos un homenaje.

José María  Arguedas (Perú)

Nació en Andahuaylas en 1911 y murió en Lima en 1969. Su trabajo estuvo enfocado en indagar por el encuentro de las culturas quechua y occidental. Fue profesor del Colegio Nacional de Sicuani. Además, trabajó desde 1941 en el Ministerio de Educación, al que se vinculó para colaborar en la reforma de los planes de estudio para secundaria. En 1963 obtuvo su título de doctorado en Antropología y se dedicó dictar cátedras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad Agraria hasta su muerte.

Luis Felipe Borja Pérez (Ecuador)

Este literato se destacó por la precisión y el buen uso del idioma castellano, las lenguas clásicas y modernos. Sus textos resaltan, justamente, porque el lenguaje se utiliza con una claridad impecable. Fue docente en la antigua Universidad de San Tomás de Aquino, donde formó generaciones enteras de maestros. Muchos de sus alumnos fueron, además, ciudadanos destacados. Borja inició una incesante búsqueda de sabiduría desde muy joven, en medio de las dificultades familiares que lo obligaron a responder por su madre y la educación de sus hermanos. En Ecuador el Día del Maestro se celebra cada 13 de abril. Fecha en la que murió.

María Isabel Carvajal (Costa Rica)


Más conocida como Carmen Lyra, pseudónimo que usaba para firmar sus novelas y textos, María Isabel Carvajal dedicó la gran mayoría de su vida a la educación.  Al cursar la secundaria en el Colegio Superior de Señoritas e inclinarse por la sección de pedagogía, obtuvo en 1904 y sus escaso 16 años el certificado de Maestra Normal. Enseñó en varias instituciones de San José y en la escuela rural de El Montecito, provincia de Heredia. En 1919 encabeza una protesta de maestras contra la dictadura de Federico Tinoco. Un viaje a Europa en los siguientes años le permitió adquirir nuevos conocimientos sobre la educación primaria y el método María Montessori para los jardines infantiles. Justamente, hace parte del equipo que en 1926 funda, por primera vez en Costa Rica, una institución preescolar: La Escuela Materna Montessoriana, donde hay una preponderancia hacia la integridad del niño.

Agustín Nieto Caballero (Colombia)


Fundador del reconocido Gimnasio Moderno en Bogotá, Nieto Caballero tuvo una formación privilegiada. Se graduó en derecho de la Escuela de París, estudió filosofía y ciencias de la educación en la Universidad de la Sorbona y en el Colegio de Francia y fue doctor en psicología de la Universidad de Columbia. Cuando volvió al país le apostó a la creación de un colegio con los lineamientos de la Escuela Nueva. El Moderno es considerado la primera institución de este tipo en Latinoamérica y varios de sus egresados han ocupado cargos públicos en Colombia. Además, se preocupó por la formación de las mujeres y fundó el Gimnasio Femenino en 1928. Entre 1938 y 1941 dirigió la Universidad Nacional y en los años siguientes fue miembro del Consejo Nacional de Educación.

Diego Barros Arana (Chile)

Este maestro también fue historiador. De hecho, se le considera uno de los intelectuales liberales más relevantes que tuvo Chile en el siglo XIX. Durante buena parte de su vida se dedicó a la docencia. Tras superar un exilio, volvió al país austral en 1961. Año en el que empezó como académico en la Universidad de Chile, de la cual sería su rector por una década. También estuvo a cargo de la facultad de Filosofía y Humanidades en esta institución.